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Short stories


El tiempo vuela como cuchillos
Por Rosie Sedgwick Empezaba a entrar en pánico; tenÃa que estar en el aula en quince minutos, con todo preparado. Los estudiantes estarÃan allÃ, expectantes. Mi credibilidad se irÃa al traste si llegaba desprevenido. Encontrar a Nedley era mi mejor opción, suponiendo que lo que habÃa leÃdo sobre él fuera cierto. Subà y bajé las escaleras corriendo. El edificio era un laberinto. No recordaba si tenÃa que dar clase, y si era asÃ, dónde. De repente, una idea brillante: el banco
Rosie Sedgwick


El tren del miércoles
Por Pete Mitchell A las siete y media, la estación vibraba; los abrigos se rozaban, y los pasos resonaban al llegar a sus refugios. El aliento se elevaba como humo de cientos de chimeneas. Darren permanecÃa inmóvil en el andén, con el café entre las manos, observando la oleada de viajeros que se dirigÃan a la ciudad. No se sentÃa uno de ellos, sino más bien un observador distante. Un avistador de aves oculto tras un escondite invisible. Tomó el palito y removió su café siete
Pete Mitchell


Dejando el espacio
por Onyinyechi Anyalenkeya Empezó por el dormitorio. Ella habÃa destrozado todo lo que se podÃa destrozar y habÃa hecho trizas todo lo que se podÃa hacer trizas. A él no le preocupaba demasiado, eran solo cosas. De todas formas, nunca habÃa tenido muchas pertenencias. HabÃa regresado al departamento exactamente tres semanas después del incidente. Tomó una fregona y un cubo de agua del baño (por suerte, los habÃa dejado afuera durante su destrozo). No habÃa jabón para la ropa,
Onyinyechi Anyalenkeya


Cómo el ratón obtuvo orejas grandes
por Sarah Reynolds ¿Alguna vez has escuchado la historia de cómo el ratón obtuvo sus orejas grandes? A medida que se formaban todos los animales, algunos se hicieron más grandes y otros más pequeños. Con el paso de los años, los animales olvidaron por qué, y yo también. Uno de los animales más pequeños que he visto en una granja era el ratón. Pero el ratón no siempre tuvo orejas grandes. Todo empezó un dÃa, cuando Ratón comÃa semillas en el granero. Fue entonces cuando Caball
Sarah Reynolds


Soñando con Kalbarri
por Meredith Stephens —¡Despierta! ¡Si no nos vamos ya, hará mucho calor! —me instó mi prometido Alex. No entendÃa por qué tenÃamos que salir hacia el Parque Nacional Kalbarri a las 5:30 de la mañana en la oscuridad. ¿De verdad iba a hacer tanto calor? Nos levantamos rápidamente y nos dirigimos al coche para el largo viaje. Para cuando llegamos, amanecÃa y fuimos de los primeros turistas en llegar a la famosa Nature's Window. Seguimos el sendero hasta la ventana donde los tur
Meredith Stephens


Buscando pescados
Por Kelli J. Gavin De niña, era muy unida a mi abuela Collova. A mi abuela y a mà nos encantaba jugar al rummy en la mesa de su cocina y ver la tele viendo la Ruleta de la Fortuna. Se dormitaba después de comer y no se despertaba hasta que terminaba su programa. Si hacÃa mucho calor, nos sentábamos afuera bajo la sombra de su árbol y ella llenaba una pequeña piscina donde podÃamos refrescarnos hasta que los mosquitos nos obligaban a entrar por la noche. Cuando recibà una invi
Kelli J. Gavin


El caos era un gato azul
por Irene Cunningham La mujer que vi en su interior tenÃa el pelo azul pálido con reflejos eléctricos. PodÃa acurrucarse en las nubes bajo la luna... de hecho, a veces parecÃa que unas grandes alas grises ondeaban a su alrededor, camuflando su desnudez. Nadie sabe qué hacÃa esas noches entre tejados y agujas, y las mañanas, tras sus breves desapariciones, se sentaba de cara a la pared, con la cola enroscada en las patas, probablemente reviviendo sus delirios desenfrenados. De
Irene Cunningham


Con anteojeras
por Neil Brosnan La vida me ha tratado bien; podrÃa nombrar a muchos menos afortunados, empezando por mi madre. Fue ella quien tuvo que...
Neil Brosnan
Flash fiction
Short stories in only 500 words or less.


El tiempo vuela como cuchillos
Por Rosie Sedgwick Empezaba a entrar en pánico; tenÃa que estar en el aula en quince minutos, con todo preparado. Los estudiantes estarÃan allÃ, expectantes. Mi credibilidad se irÃa al traste si llegaba desprevenido. Encontrar a Nedley era mi mejor opción, suponiendo que lo que habÃa leÃdo sobre él fuera cierto. Subà y bajé las escaleras corriendo. El edificio era un laberinto. No recordaba si tenÃa que dar clase, y si era asÃ, dónde. De repente, una idea brillante: el banco
Rosie Sedgwick
18 nov11 Min. de lectura
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El tren del miércoles
Por Pete Mitchell A las siete y media, la estación vibraba; los abrigos se rozaban, y los pasos resonaban al llegar a sus refugios. El aliento se elevaba como humo de cientos de chimeneas. Darren permanecÃa inmóvil en el andén, con el café entre las manos, observando la oleada de viajeros que se dirigÃan a la ciudad. No se sentÃa uno de ellos, sino más bien un observador distante. Un avistador de aves oculto tras un escondite invisible. Tomó el palito y removió su café siete
Pete Mitchell
17 nov5 Min. de lectura
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Dejando el espacio
por Onyinyechi Anyalenkeya Empezó por el dormitorio. Ella habÃa destrozado todo lo que se podÃa destrozar y habÃa hecho trizas todo lo que se podÃa hacer trizas. A él no le preocupaba demasiado, eran solo cosas. De todas formas, nunca habÃa tenido muchas pertenencias. HabÃa regresado al departamento exactamente tres semanas después del incidente. Tomó una fregona y un cubo de agua del baño (por suerte, los habÃa dejado afuera durante su destrozo). No habÃa jabón para la ropa,
Onyinyechi Anyalenkeya
4 nov6 Min. de lectura
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Cómo el ratón obtuvo orejas grandes
por Sarah Reynolds ¿Alguna vez has escuchado la historia de cómo el ratón obtuvo sus orejas grandes? A medida que se formaban todos los animales, algunos se hicieron más grandes y otros más pequeños. Con el paso de los años, los animales olvidaron por qué, y yo también. Uno de los animales más pequeños que he visto en una granja era el ratón. Pero el ratón no siempre tuvo orejas grandes. Todo empezó un dÃa, cuando Ratón comÃa semillas en el granero. Fue entonces cuando Caball
Sarah Reynolds
3 nov5 Min. de lectura
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Soñando con Kalbarri
por Meredith Stephens —¡Despierta! ¡Si no nos vamos ya, hará mucho calor! —me instó mi prometido Alex. No entendÃa por qué tenÃamos que salir hacia el Parque Nacional Kalbarri a las 5:30 de la mañana en la oscuridad. ¿De verdad iba a hacer tanto calor? Nos levantamos rápidamente y nos dirigimos al coche para el largo viaje. Para cuando llegamos, amanecÃa y fuimos de los primeros turistas en llegar a la famosa Nature's Window. Seguimos el sendero hasta la ventana donde los tur
Meredith Stephens
2 nov8 Min. de lectura
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Buscando pescados
Por Kelli J. Gavin De niña, era muy unida a mi abuela Collova. A mi abuela y a mà nos encantaba jugar al rummy en la mesa de su cocina y ver la tele viendo la Ruleta de la Fortuna. Se dormitaba después de comer y no se despertaba hasta que terminaba su programa. Si hacÃa mucho calor, nos sentábamos afuera bajo la sombra de su árbol y ella llenaba una pequeña piscina donde podÃamos refrescarnos hasta que los mosquitos nos obligaban a entrar por la noche. Cuando recibà una invi
Kelli J. Gavin
27 oct4 Min. de lectura
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Animal Stories
Stories about pets and animals.


El tiempo vuela como cuchillos
Por Rosie Sedgwick Empezaba a entrar en pánico; tenÃa que estar en el aula en quince minutos, con todo preparado. Los estudiantes estarÃan allÃ, expectantes. Mi credibilidad se irÃa al traste si llegaba desprevenido. Encontrar a Nedley era mi mejor opción, suponiendo que lo que habÃa leÃdo sobre él fuera cierto. Subà y bajé las escaleras corriendo. El edificio era un laberinto. No recordaba si tenÃa que dar clase, y si era asÃ, dónde. De repente, una idea brillante: el banco
Rosie Sedgwick
18 nov
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El tren del miércoles
Por Pete Mitchell A las siete y media, la estación vibraba; los abrigos se rozaban, y los pasos resonaban al llegar a sus refugios. El aliento se elevaba como humo de cientos de chimeneas. Darren permanecÃa inmóvil en el andén, con el café entre las manos, observando la oleada de viajeros que se dirigÃan a la ciudad. No se sentÃa uno de ellos, sino más bien un observador distante. Un avistador de aves oculto tras un escondite invisible. Tomó el palito y removió su café siete
Pete Mitchell
17 nov
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Dejando el espacio
por Onyinyechi Anyalenkeya Empezó por el dormitorio. Ella habÃa destrozado todo lo que se podÃa destrozar y habÃa hecho trizas todo lo que se podÃa hacer trizas. A él no le preocupaba demasiado, eran solo cosas. De todas formas, nunca habÃa tenido muchas pertenencias. HabÃa regresado al departamento exactamente tres semanas después del incidente. Tomó una fregona y un cubo de agua del baño (por suerte, los habÃa dejado afuera durante su destrozo). No habÃa jabón para la ropa,
Onyinyechi Anyalenkeya
4 nov
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Cómo el ratón obtuvo orejas grandes
por Sarah Reynolds ¿Alguna vez has escuchado la historia de cómo el ratón obtuvo sus orejas grandes? A medida que se formaban todos los animales, algunos se hicieron más grandes y otros más pequeños. Con el paso de los años, los animales olvidaron por qué, y yo también. Uno de los animales más pequeños que he visto en una granja era el ratón. Pero el ratón no siempre tuvo orejas grandes. Todo empezó un dÃa, cuando Ratón comÃa semillas en el granero. Fue entonces cuando Caball
Sarah Reynolds
3 nov
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Soñando con Kalbarri
por Meredith Stephens —¡Despierta! ¡Si no nos vamos ya, hará mucho calor! —me instó mi prometido Alex. No entendÃa por qué tenÃamos que salir hacia el Parque Nacional Kalbarri a las 5:30 de la mañana en la oscuridad. ¿De verdad iba a hacer tanto calor? Nos levantamos rápidamente y nos dirigimos al coche para el largo viaje. Para cuando llegamos, amanecÃa y fuimos de los primeros turistas en llegar a la famosa Nature's Window. Seguimos el sendero hasta la ventana donde los tur
Meredith Stephens
2 nov
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Buscando pescados
Por Kelli J. Gavin De niña, era muy unida a mi abuela Collova. A mi abuela y a mà nos encantaba jugar al rummy en la mesa de su cocina y ver la tele viendo la Ruleta de la Fortuna. Se dormitaba después de comer y no se despertaba hasta que terminaba su programa. Si hacÃa mucho calor, nos sentábamos afuera bajo la sombra de su árbol y ella llenaba una pequeña piscina donde podÃamos refrescarnos hasta que los mosquitos nos obligaban a entrar por la noche. Cuando recibà una invi
Kelli J. Gavin
27 oct
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